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Prof. Gª Fajardo

Rebeldes con causa, pero a su manera

Acabo de encontrar en una revista estas respuestas que al parecer he dado en un contexto más amplio. Pero las suscribo y las reproduzco porqu elo qu eno se comparyte, se pierde. Nesemu                                            Además de ser padre de seis hijos, a lo largo de estos treinta y siete años que llevo de profesor, he estado en contacto permanente con jóvenes -cerca de trescientos cada año-. Y he podido comprobar cómo muchos terminan estudiando aquí por razones de cupo, becas, por temor al paro o por una visión mal entendida de sus padres, que quieren que su hijo haga lo que ellos no pudieron hacer en su día. Al final, ves que hay un montón de gente que no debería estar aquí y que esto se ha convertido en una guardería de adultos en espera de engrosar la lista del paro. Cada ser humano debería de poder hacer lo que desea y eso sólo se consigue a base de voluntad, de grandes dosis de aventura, y viviendo el momento presente. Esto es, para hacer lo que uno quiere es menester querer lo que uno hace. Cada día es único y ahí es donde tenemos que centrar nuestra energía. Yo les digo a los alumnos que me consideraré feliz si, al final de los nueve meses que pasamos juntos, cada uno de ellos puede decir: 'yo sé quién soy'. Como dijo Don Quijote a Sancho.
Educados en la sumisión    
"La inercia, la sobreprotección en las familias y el miedo de muchos jóvenes a no encontrar trabajo son el fruto de una nefasta educación para la sumisión. De ahí las penosas experiencias de muchos profesores de la enseñanza media que no logran hacerse respetar por padres dominados por el miedo y por la inseguridad, lo que les lleva a posturas de prepotencia y agresión. Pero esto se cura en el primer año de universidad, cuando conocen las reglas del juego. Nunca he tenido la experiencia de ser intimidado por alumnos o por clase alguna. Ni conozco compañeros que no reciban el ciento por uno de cuanto comparten con sus alumnos. Cada día me convenzo más de que si a un joven si le pides poco, no te da nada, pero si le exiges mucho te lo da todo".
Rebeldes a su manera, pero con causa
"A medida que pasa el tiempo, es mayor el número de los que descubren que este modelo de desarrollo está agotado porque es injusto. Que de una economía de mercado, nos han llevado a una sociedad de mercado en la que pretenden tratarlos como a recursos humanos buenos para ser explotados. No hay más que escucharlos, entrar en sus blog, sentir su rebeldía en la forma de vestir, en la necesidad de reunirse para compartir, "echar unas risas", compartir música. Todo ello a pesar de la miserable confusión en la que una sociedad que anhela sumisos temerosos, los descalifica de pasotas, vagos, hedonistas, consumistas y amigos del botellón. ¡Qué error! ¡Qué inmenso error! Aún estamos a tiempo de descubrir y de reconocer que un mundo nuevo está naciendo y que muchos de estos jóvenes injustamente denostados constituyen la razón de nuestra esperanza en una sociedad más justa y solidaria, más libre y comprometida". ∆

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